¿Quién no desea en algún momento la tranquilidad de la vida en el campo? La ausencia de prisa, el aroma de la hierba y la charla en la cocina evocan un escenario que puedes reproducir en casa con las pinceladas rústicas justas.
Situado en el recibidor de esta casa, llena este ambiente de luz con su acabado blanco. Elegante y atemporal, sus brazos curvados y el respaldo ondulado lo convierten en una pieza con un encanto irresistible.
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